martes, 28 de agosto de 2012

Tindaya se reactiva a los diez años de la muerte de Chillida. [La Provincia]


El proyecto de la montaña de Tindaya diseñado por Eduardo Chillida se reactiva en el décimo aniversario de la muerte del escultor. Una reunión celebrada en Madrid a finales del mes de julio entre la familia del artista vasco y representantes del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Fuerteventura, concluyó con el visto bueno de los estatutos de la Fundación que será la encargada de la licitación de la obra.

Así lo anunció ayer el presidente del Cabildo majorero Mario Cabrera, quien prevé que entre los meses de septiembre y octubre se lleve a cabo la aprobación definitiva de los citados estatutos.

"En la última semana de julio nos reunimos en Madrid con la familia de Chillida y ya le hemos dado el visto bueno a los estatutos de la Fundación, un paso muy importante porque la obra de Tindaya no la sacará a licitación ni el Gobierno canario ni el Cabildo de Fuerteventura, sino la Fundación".

Cabrera indicó que dichos estatutos, en los que han invertido un largo periodo de tiempo, están en proceso de redacción "y habrá un acto de presentación entre los meses de septiembre y octubre, calculamos", lo que supondrá la puesta en marcha de la Fundación para la que aún no se ha concretado su nombre. "Llevará el nombre de Tindaya y de Fuerteventura pero también el de Chillida, aún no lo hemos concretado", subrayó el presidente insular.

La citada Fundación estará formada por la familia del escultor, el Gobierno de Canarias y el Cabildo Insular de Fuerteventura. Además, Cabrera anunció que se está trabajando en la posibilidad de incluir, en el momento de su constitución, al Ayuntamiento de la Oliva "por ser el municipio donde se encuentra Tindaya".

El objetivo de la familia y de las autoridades regionales e insulares es que la licitación de la obra monumental de Tindaya se lleve a cabo antes de final de año, y que los trabajos se inicien en 2013.

El paso previo a la aprobación de los estatutos se llevó a cabo el pasado mes de marzo, cuando el consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, anunció que se obtuvo el compromiso de la UTE FCC Construcciones S.A. y Acciona Infraestructuras de no "obstaculizar" ni interferir las actuaciones para llevar a cabo la licitación, adjudicación y construcción de la obra monumental.

Se aprobó la adaptación a las directrices de las normas de conservación del monumento natural montaña de Tindaya que permiten su compatibilidad con la "protección" de los valores del monumento natural y se completó también la elaboración del proyecto de ejecución y su declaración de impacto ambiental.

Berriel explicó también que se dispone de gran parte de los terrenos y, en concreto, de los que posibilitarían la ejecución de la obra.

Según explicó Mario Cabrera, la esencia del problema del proyecto "ha sido el lío jurídico en el que se metió desde el primer momento a través de la empresa pública PMMT (Proyecto Monumental Montaña Tindaya) y Saturno. A partir de ahí hay dinero que hay que justificar, un problema que está en los tribunales y esa ha sido siempre la lucha del Cabildo de Fuerteventura".

Cabrera apuntó al respecto que la entidad insular que preside siempre ha defendido que la parte jurídica siga en los tribunales hasta depurar responsabilidades, pero que la parte artística siguiera avanzando, "y eso es lo que nos ha permitido que se pudiese encargar el proyecto técnico, tanto de los sondeos como de ingeniería, que hayamos podido ir avanzando en el tema de la Fundación y el que hayamos seguido manteniendo el contacto directo con la familia".

Otro de los aspectos que, a juicio de Mario Cabrera han contribuido a que el proyecto monumental de Tindaya siga adelante, diez años después de la muerte del escultor vasco, es el interés de la familia de Chillida por trabajar junto a las autoridades canarias en esta dirección.

"Siempre hemos dicho que no seguiríamos adelante con el proyecto si la familia no lo quisiera. Sin embargo, la familia Chillida tuvo un gesto muy bonito el año pasado con el Cabildo, al cedernos los derechos de la propiedad intelectual, pero nosotros no vamos a actuar sin ellos. Hasta ahora lo que hemos hecho es trabajar todos juntos y vamos a seguir en esa línea".

Cabrera añadió que el objetivo es, una vez finalizadas las obras, que el proyecto de Chillida no se convierta en un centro más, sino en un referente cultural a nivel mundial, "y para eso es necesaria esa fundación y que la familia esté cerca del proyecto todo el tiempo".

El vaciado de la montaña de Tindaya es la base del proyecto que desarrolló Eduardo Chillida hace casi dos décadas en este espacio natural situado en el municipio La Oliva de la isla de Fuerteventura, y con el que quería culminar su carrera. Dentro concibió tres espacios: una cámara central, compuesta por una cavidad de forma cúbica pero sin ángulos rectos; una embocadura de entrada de 70-80 metros, con una altura y anchura de 15 metros, y otras dos salas superiores, de unos 25 metros de longitud, con la cima como cota máxima y a través de las que se iluminaría con luz natural (solar y lunar) la cámara central.

Cien palabras para el maestro

El pasado domingo, 19 de agosto, se cumplieron diez años desde la muerte de Eduardo Chillida, una fecha que se conmemoró con un acto organizado por su familia en el museo guipuzcoano de Chillida-Leku en el que se recitaron las "cien palabras" que personalidades del arte o la música escribieron en memoria de este escultor universal que "sigue vivo". El exfutbolista Luis Arconada, el filósofo Fernando Savater, el productor de cine Elías Querejeta, la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, la escritora Carmen Alborch y el cocinero Juan María Arzak, fueron algunas de las 126 personalidades nacionales e internacionales que han escrito esas Cien palabras para Chillida, recogidas en una exclusiva publicación de la que, de momento, hay muy pocos ejemplares. El acto, íntimo y privado, tuvo lugar en el museo en el que descansan los restos mortales del escultor. La familia Chillida afrontó este homenaje con una sensación agridulce, ya que a la ilusión del proyecto Cien palabras para Chillida se unió también el pesar de mantener cerrado al público Chillida-Leku desde el 1 de enero de 2011.

lunes, 20 de agosto de 2012

«Mi trabajo es que si Tindaya se hace, se haga bien y que si no, no se haga»

El arquitecto Lorenzo Fernández Ordóñez (Madrid, 1964) trabajó en el proyecto de Tindaya, primero de la mano de Eduardo Chillida, y tras el fallecimiento del artista, en estrecho contacto con la familia. 
Dos décadas después de que el escultor donostiarra planteara la creación de un gran espacio cúbico en el interior de la montaña canaria, el proyecto continúa inmerso en la incertidumbre, a la espera de que se resuelva su viabilidad económica. 

El próximo mes podría haber novedades. Mientras tanto, Fernández Ordóñez muestra un «moderado escepticismo» sobre el futuro de la obra. 

-¿Cómo entra en contacto con Eduardo Chillida y el proyecto Tindaya?

 -Debido a la amistad de mi padre con Eduardo Chillida, con quien había colaborado en varias esculturas, entro en contacto con la familia. Una vez que Eduardo ya había propuesto la obra de Tindaya, necesita una persona de su confianza para presentar y desarrollar sus ideas. Entonces, me propone que desarrolle el proyecto.

- ¿Cuáles son los primeros proyectos con los que se topan? 

- El proyecto tuvo dos etapas. En una primera, se presenta, hay un concurso de proyecto y obra con el que Chillida y mi padre (el ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez) no estuvieron de acuerdo, pese a lo cual, el Gobierno canario siguió adelante. A partir de ahí, desapareció una serie de dinero y el asunto acabó en los juzgados por una serie de irregularidades. En esta primera parte y afortunadamente, no cobramos ni una peseta ni participamos. Mi padre murió, yo tuve que declarar en el Parlamento de Canarias y acabó una etapa, que siguió por la vía judicial, ya que desaparecieron del orden de 1.700 millones de pesetas.

¡SALVEMOS TINDAYA!

lunes, 6 de agosto de 2012

Domingo Martínez Berriel (Verdes de Fuerteventura): “el proyecto monumental de Tindaya es un disparate y una aberración”

Domingo Martínez Berriel, portavoz de Los Verdes en Fuerteventura, lamentó en el programa La Trapera de Radio San Borondón que nuestra tierra siga liderando los datos de pobreza y paro a nivel estatal mientras los dirigentes políticos siguen sin establecer prioridades para paliar el actual drama social que se vive en Canarias. 

 Si España está mal y Canarias aún peor por culpa de la crisis, Fuerteventura no se queda atrás dentro de la islas, porque no debemos olvidar que es una isla que no tiene ningún tipo de industria y todo se ha basado en el sector turístico, amparado en el sector de la construcción, de ahí que la situación en la isla sea muy complicada por la brutal caída de la construcción. 

 Si bien es cierto que los turistas siguen eligiendo Fuerteventura para pasar sus vacaciones, no menos cierto es que se hicieron más camas de las recomendables teniendo en cuenta la capacidad turística de la isla, con lo que hay muchos apartamentos y hoteles que se quedan prácticamente vacíos, lo que unido al parón en el sector de la construcción, al llevado a la economía insular al abismo más preocupante. 

 Martínez Berriel dijo que en estos momentos Fuerteventura es una isla muerta porque se han perdido muchos miles de trabajos que impiden que la economía doméstica mejore, dicho lo cual afirma que no se entiende cómo a pesar de que mes tras mes los datos del paro nos sitúan en la cabeza del estado español en desempleo se sigue apostando por el modelo desarrollista totalmente equivocado, como por ejemplo apostando por el insostenible proyecto de Tindaya. 

  Para el portavoz de Los Verdes, el proyecto monumental de Tindaya es un disparate y una aberración, al margen de que ha sido una de las mayores estafas al pueblo majorero en la etapa democrática, porque económicamente es insostenible y medioambientalmente un atentado, sin embargo y en plena época de crisis nuestros dirigentes siguen empecinados en ejecutar la obra, pero no se les ve ningún interés en atender al cada vez más elevado número de ciudadanos en riesgo de exclusión social y sobrepasando los índices de pobreza. 

 A pesar de la crisis, los dirigentes políticos solo piensan en grandes obras, como la autovía que dividirá la isla de norte a sur en dos partes como una jarea, cuando bastaba con mejorar algunos tramos de las carreteras existentes, mejorando las comunicaciones de las islas sin despilfarrar un dinero que hace falta para los servicios esenciales. Para Domingo Martínez, mientras en el mundo se apuesta por la sostenibilidad y los coches eléctricos, en Canarias todavía seguimos instalados en las obras faraónicas como dicha autovía que no supone sino la apuesta por un modelo insostenible, el vehículo privado y el consumo de gasolina, razón por la que insiste en que no tiene sentido que en la época que estamos sufriendo se esté haciendo una autovía para ahorrar unos minutos desde Corralejo a Jandía. 

 Para el político majorero, esta no es época para malgastar el dinero público en infraestructuras innecesarias sino para invertir el que haya en cuestiones básicas como la Sanidad, la Educación y los servicios sociales esenciales, hay que gastar el dinero en aquellas políticas que reactiven el empleo y la economía, por lo que considera una locura que se siga instalado en la cultura del desarrollismo.